El PRP (Plasma Rico en Plaquetas) es un complemento idóneo en el injerto de folículos.

Consiste en extraer sangre del propio paciente, mediante técnica estéril en dispositivos especialmente diseñados, para obtener este plasma rico en plaquetas.

Se trata de separar mediante centrifugación y previa anticoagulación “in vitro” (fuera del cuerpo), la sangre del paciente en tres partes.

Por un lado y en el fondo del tubo se encontrarán las células denominadas Glóbulos Rojos, por encima de éstos nos encontraremos con una capa mucho más pequeña y de color blanco, que se corresponderán con los Glóbulos Bancos y, justo por encima de ésta, obtendremos un líquido amarillento que se denomina Plasma.

Este plasma lo dividiremos en tres zonas a su vez, siendo la que nos interesa justo la que está por encima de la capa blanca (Glóbulos Blancos), porque es ahí donde habremos concentrado otras partículas de la sangre, denominadas Plaquetas.

Estas plaquetas contienen Factores de Crecimiento, que es precisamente lo que buscamos y deseamos utilizar.

Separado y tratado este Plasma Rico en Plaquetas, procedemos a inyectarlo de forma superficial y mediante aguja muy fina, tipo insulina, de nuevo en el cuero cabelludo del paciente.

Lo ideal es hacerlo en 4 sesiones separadas entre sí un mes, y repitiéndolo entre una y dos veces al año, según necesidad de cada paciente, como mantenimiento.

Con esta técnica conseguiremos estimular la cicatrización después de la intervención y mejorar el crecimiento del cabello.